Planificar la economía familiar, la clave para un año financiero saludable

20 febrero 2025

A principios de año, es un buen momento para reflexionar sobre nuestras finanzas y planificar la economía familiar de manera eficiente. Establecer un presupuesto anual nos permite tener una visión clara de los gastos que deberemos afrontar y, al mismo tiempo, destinar una parte de los ingresos al ahorro. Una buena gestión financiera nos ayudará a vivir con más tranquilidad y a evitar situaciones de estrés económico innecesario.

El ahorro mensual: una prioridad

Uno de los principios fundamentales de la planificación económica es destinar una parte del sueldo al ahorro. Podemos, tratarlo como un gasto fijo, de manera que forme parte del presupuesto de manera inamovible.

Independientemente de cuáles sean los ingresos familiares, es importante crear el hábito de ahorrar mensualmente. Este ahorro nos permitirá hacer frente a imprevistos, planificar grandes gastos, e ir cumpliendo nuestros objetivos vitales: cuando somos jóvenes pensamos en viajar, independizarnos, formar una familia… pero van apareciendo nuevas necesidades como ahorrar para la universidad de los hijos, disfrutar de una futura jubilación, etc.

💡En este artículo del blog, te explicamos algunas de las razones por las que ahorrar no solo es necesario, sino también muy importante, y cómo puedes hacerlo con nuestros productos de ahorro.

Identificar los gastos fijos y variables

Para hacer una buena planificación económica, el primer paso es identificar los gastos que tendremos a lo largo del año. Estos pueden clasificarse en dos grandes grupos:

  1. Gastos fijos mensuales: son aquellos que sabemos seguro que tendremos que pagar cada mes. Incluyen el alquiler o la hipoteca, los suministros (luz, agua, gas, telefonía), la alimentación, el transporte, las cuotas escolares, seguros y otros compromisos económicos recurrentes.
  2. Gastos anuales o periódicos: algunos gastos no son mensuales, pero sabemos que aparecerán a lo largo del año. Por ejemplo, las vacaciones, el pago de seguros (coche, hogar, vida), impuestos o mantenimiento del vehículo. Prever estos gastos nos ayudará a evitar desajustes financieros.

Crear un fondo para imprevistos

Más allá de los gastos previstos, siempre pueden surgir situaciones inesperadas, como una avería en el hogar, una reparación del coche o un gasto médico inesperado. Para evitar tener que recurrir a créditos o pagos a plazos, es recomendable tener un fondo de emergencia. Lo ideal es que este fondo contenga entre tres y seis meses de gastos fijos, de manera que pueda cubrir eventualidades sin poner en riesgo la economía familiar.

Eliminar gastos innecesarios

Otro aspecto clave para una buena planificación es controlar los gastos prescindibles. Muchas veces, sin darnos cuenta, gastamos dinero en cosas que no necesitamos. Algunos ejemplos comunes son:

  • Compras impulsivas: comprar ropa, tecnología u otros artículos sin una necesidad real.
  • Gastos hormiga: pequeños importes que, por separado, parecen insignificantes, pero que sumados pueden representar una cantidad importante. Por ejemplo, suscripciones a servicios que no aprovechamos, cafés diarios fuera de casa o compras innecesarias en el supermercado.

Haciendo un seguimiento de estos gastos, podemos identificar dónde podemos recortar y destinar ese dinero a ahorrar o a otras necesidades.

Métodos de planificación económica

Existen diversas estrategias para distribuir los ingresos de manera efectiva. Una de las más conocidas es la regla 50-30-20, que propone la siguiente distribución:

  • 50% para gastos esenciales: incluye vivienda, alimentación, suministros, transporte y otras necesidades básicas.
  • 30% para gastos personales: ocio, viajes, entretenimiento, ropa y otros gastos no imprescindibles.
  • 20% para el ahorro: tanto para un fondo de emergencia como para ahorro a largo plazo o inversiones.

Otra metodología es la regla del 80-20, que consiste en destinar el 80% de los ingresos a los gastos y el 20% restante al ahorro. Esta opción es más flexible y puede ser útil para familias con ingresos variables.

También podemos optar por la técnica de los sobres, donde se dividen los ingresos en diferentes categorías dentro de sobres físicos o virtuales, asignando una cantidad fija para cada tipo de gasto. Esta estrategia ayuda a no sobrepasar el presupuesto previsto para cada categoría.

Conclusión: análisis, control y planificación

Planificar la economía familiar anualmente nos permite tener un mejor control de nuestras finanzas y evitar situaciones de estrés económico. Establecer un presupuesto, identificar gastos fijos y variables, eliminar gastos innecesarios y adoptar una estrategia de ahorro nos ayudará a alcanzar una mayor estabilidad financiera. Independientemente del método elegido, lo importante es ser constantes y comprometernos con una buena gestión económica para garantizar un futuro más seguro y tranquilo para toda la familia.

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