7 octubre 2024
Muchos abogados, al comenzar su carrera, desean abrir su propio despacho. El éxito profesional suena como si pudieras ser tu propio jefe, tomar decisiones estratégicas y crear tu propio estilo de trabajo. Abrir un despacho propio tiene ventajas e inconvenientes, como todo en la vida.
Este artículo examinará algunos puntos importantes a la hora de tomar esta decisión, porque montar un despacho propio no solo significa ser abogado, sino también empresario. Esto implica supervisar temas como la constitución legal de la oficina, el pago de impuestos y la contabilidad.
Constitución legal
La elección del régimen legal deseado es el primer paso. Puedes trabajar como autónomo (individuo) o establecer una sociedad profesional. Cada elección tiene efectos fiscales y administrativos.
- La opción más sencilla para comenzar es con autonomía. El registro como autónomo te permite trabajar como abogado y administrar tu propio despacho. Sin embargo, debes ser responsable personalmente de cualquier deuda o responsabilidad legal que tengas.
- Sociedad profesional: establecer una sociedad profesional puede ser más conveniente si se prefiere mantener la responsabilidad personal del negocio. Las sociedades profesionales ofrecen beneficios fiscales y de responsabilidad al unir a varios abogados en una sola entidad legal
Impuestos y contabilidad
Uno de los retos más importantes para quienes montan su propio despacho es la gestión fiscal y contable. Como autónomo o empresario, hay que hacer frente a una serie de impuestos, entre los que destacan:
- Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) o Impuesto de Sociedades si se decide constituir una sociedad.
- Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) por los servicios que se ofrecen a los clientes.
Otro aspecto crucial es la contabilidad. Si uno tiene los conocimientos necesarios, puede administrar su propia contabilidad por sí mismo; otra opción es contratar a un asesor fiscal para asegurarse de que todo esté en orden y evitar sorpresas desagradables.
Ubicación física y digital: la importancia de un buen espacio
Un aspecto clave para el éxito de un despacho es su ubicación. Esto implica tanto la ubicación física como la presencia digital.
- Ubicación física
Una oficina ubicada en una zona estratégica puede aumentar la visibilidad y atraer a más clientes. La proximidad a los tribunales puede ser beneficiosa porque permite conectar con otros profesionales y facilita el acceso a los clientes.
No obstante, la inversión en un espacio físico es significativa. Alquilar o comprar una oficina implica costes elevados, y cuando se empieza, no siempre es una opción viable. En estos casos puede ser útil considerar opciones más flexibles, como oficinas compartidas o espacios de coworking, que te permitan reducir costes mientras crece tu cartera de clientes.
- Presencia digital
En la actualidad, tener una presencia digital sólida es tan crucial como tener una buena oficina física. Tener una página web profesional y una presencia en redes sociales activa puede ayudarte a convertirte en un referente y atraer nuevos clientes.
Por lo tanto, invertir en una web bien diseñada que sea fácil de navegar y que ofrezca información clara sobre los servicios, y asegurarse de utilizar herramientas de marketing digital para aumentar la visibilidad en buscadores como Google es fundamental, ya que la ubicación digital es con frecuencia la primera impresión que tienen los clientes potenciales.
Formas asociativas del ejercicio de la profesión: las sociedades profesionales
Montar un despacho no implica necesariamente hacerlo por tu cuenta. Varios tipos de asociaciones permiten colaborar y compartir recursos y responsabilidades.
- Sociedades profesionales
Para aquellos que quieren trabajar junto con otros abogados, las sociedades profesionales son una buena opción. Este tipo de sociedad permite que varios profesionales trabajen bajo la misma estructura jurídica, compartiendo los gastos y las ganancias, pero manteniendo una cierta independencia profesional.
- Ventajas: se reduce la carga financiera inicial al dividir los gastos de oficina, publicidad y otros gastos. Además, permite ofrecer un servicio al cliente más completo al contar con abogados especializados en diversas áreas.
- Inconvenientes: las decisiones deben tomarse de manera colaborativa, lo que puede llevar a desacuerdos.
- Colaboraciones puntuales
La colaboración regular con otros despachos o abogados independientes es otra opción. Esto permite ofrecer a los clientes una gama más amplia de servicios sin necesidad de asumir todos los gastos asociativos. Sin embargo, el reto en este caso es gestionar adecuadamente las relaciones y las responsabilidades compartidas.
Ventajas e inconvenientes de tener tu propio despacho
Ventajas
- Independencia: ser tu propio jefe te permite tomar decisiones estratégicas y construir tu propio camino.
- Flexibilidad: puedes establecer tu propio horario y adaptar el trabajo a tu estilo de vida.
- Crecimiento profesional: la gestión de tu propio despacho da la oportunidad de aprender no solo sobre derecho, sino también sobre aspectos empresariales como la contabilidad, el marketing y la gestión de clientes.
- Satisfacción personal: ver crecer tu proyecto es una fuente de motivación y orgullo.
Inconvenientes
- Responsabilidad financiera: emprender conlleva riesgos financieros y la necesidad de hacer frente a los costes iniciales de establecimiento y operación.
- Soledad profesional: aunque ser tu propio jefe es gratificante, también puede ser solitario.
- Gestión empresarial: además de ejercer como abogado, hay que gestionar todo lo relacionado con el negocio, lo que puede restar tiempo para centrarse en la actividad principal.
- Incertidumbre económica: la captación de clientes puede ser un reto, sobre todo en los primeros meses o años, y la estabilidad económica no siempre está garantizada.
Montar tu propio despacho puede ser una opción profesional muy satisfactoria, pero también requiere mucho esfuerzo y responsabilidad. Antes de comenzar, es importante evaluar todas las opciones y conocer sus beneficios y desventajas. El éxito del despacho dependerá de las habilidades del abogado y de la capacidad de gestión comercial.
Autor: Alberto Cabello Massegosa
Socio director del despacho AC&VM Abogados.
Profesor del máster de acceso a la abogacía con las especialidades en habilidades del abogado eficaz, soft skills, deontología y colegiación.
Presidente de la Confederación Española de la Abogacía Joven.